En estos días de
incertidumbre y miedo al futuro estuve rumiando una y otra vez en mis
pensamientos. Como ciudadanos de España observamos el panorama, nada halagüeño
por cierto, y buscamos un político que
nos saque de este despropósito en el que estamos, un personaje con mucho dinero
que invierta y de puestos de trabajo, en definitiva que alguien con posibilidades
económicas o políticas nos liberte de
este caos donde estamos envueltos. Pero realmente, siendo sinceros, en lo
profundo de nuestro ser, sabemos del egoísmo político, del “y tú más” en el que
están envueltos todos, que las ideologías murieron hace mucho en sus programas y que los ricos usan las crisis para su mayor
enriquecimiento personal.
Por ello indague en la
Palabra de Dios buscando respuestas y observe una vez más que vivir en lo
sobrenatural no es tener grandes recursos para solucionar los problemas con los
que nos enfrentamos, sino creer que es en nosotros en quien están los recursos.
Ahora, yo me pregunte ¿y mis recursos humildes y escasos, para que pueden
servir? Pues en lo sobrenatural, que es donde debemos de vivir, son el motor
que mueve el milagro. Sí, Jesús siempre uso lo que tenía a mano para dar un
cambio a la crisis o el problema.
Veamos, nos encontramos a Jesús enseñando
peripatéticamente a multitudes que iban tras Él. Andando y andando, siguiendo
al Maestro se encontraron lejos de su sustento cotidiano. Llego la hora de
comer y no había nada. ¿No te has sentido en ocasiones así?...has dejado todo
por Dios y cuando llegan las necesidades te preguntas ¿y que de lo mío?.......es
entonces cuando hemos de darnos cuenta que Dios es Dios de las pequeñas cosas y
Jesús se pregunta lo mismo que la gente que le seguía ¿Qué van a comer? Y en
ese momento Jesús les dice a sus discípulos “dadles vosotros de comer”. Estas
palabras no son otra cosa que lo que Él nos dice a aquellos que queremos
servirle, soluciona tu problema resolviendo y actuando en el problema de otros.
¡Caray, Señor! ¿No ves que
no podemos hacerlo? Es cierto, los recursos humanos siempre escasean pero ¿hay
algún recurso natural por pequeño que sea?
De repente un niño comprende los pensamientos de Jesús y le ofrece sus
recursos, su pan de cebada, el pan de los pobres. Me pregunto si no habría
entre toda la multitud gente con más posibilidades, gente con más capacidad,
gente con más conocimiento, gente con más experiencia que ese muchacho. ¿Fue él
el único que pensó en llevarse almuerzo? Claro que no, no lo creo, pero fue el
único que se despojo de él. Porque es cierto que cuando tenemos cubiertas
nuestras necesidades en ocasiones nos volvemos egoístas y nos justificamos en
no ayudar a otros. Pero el niño de la historia arriesgo lo natural en pos de lo
sobrenatural. El creyó que cuando Jesús pasa algo pasa. Y así fue, pan de
cebada y unos pececillos, pan de pobres. Y es aquí donde llega el milagro, nuestro
pan de cebada se multiplica cuando pasa a manos de Dios. Y Jesús levantando sus
manos al cielo dio gracias. ¿Gracias porque, por un pan de pobres, por algo
pequeño? Cuando se levantan las manos al cielo algo pasa y siempre bueno.
Comienza la multiplicación, me pregunto si el pan que se multiplico también era
de cebada, no lo sé, pero lo que sí es innegable es que era pan del cielo, pan
realizado en la panadería divina.
Es por ello que yo quiero levantar
mis manos al cielo y darle mi pan de cebada a Jesús. Tal vez yo no tenga mucho,
tal vez yo no sea mucho, tal vez otros solo me consideren “pan de cebada”. Si
señores, soy “pan de pobres” pero mi buen Dios hoy me levanta en sus manos y me
transforma llevándome al camino de lo sobrenatural….a multiplicarme y ser
bendición para otros, aún para los que llevan su pan de trigo escondido y no
van a compartirlo con los demás. Porque en Dios no importa lo que otros hagan,
lo realmente importante es dejarnos en las manos de Cristo y ser llevados de lo
natural a lo sobrenatural.
Me ha encantado...lo compartiré en mi próxima predicación...gracias Reyicas.
ResponderEliminar