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viernes, 30 de noviembre de 2012

HEMOS VIVIDO POR DEBAJO DE NUESTRAS POSIBILIDADES




Oímos hasta la saciedad en estos últimos años que en España hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Nos lo hemos creído de tal manera que tener una casa en propiedad o poder pagar el alquiler todos los meses, que puedas llegar a fin de mes más o menos, que te marches de vacaciones con tu familia, hasta casi poder tener un trabajo ha pasado a ser una frivolidad.
 El hombre necesita tener esa dignidad  y no puede ser quitada por otro hombre. Tristemente hemos ido perdiendo nuestra dignidad como ser humano poco a poco. Nos han enseñado que debemos de trabajar y trabajar para ser buenas personas, personas de provecho.  Y digo yo ¿de provecho para quién?
Hace tiempo que perdimos el poder creativo que Dios nos dio. Trabajamos en cosas que no nos gustan y que opacan nuestra creatividad. Hemos entrado en la filosofía en la que el pueblo de Israel se incorporó cuando estaban en Egipto. Su precio era lo que valía un ladrillo, cuanto más ladrillos hacían más valían. Mentalidad de esclavos. Y en esta sociedad del postmodernismo hemos llegado al mismo lugar. Trabajar sin parar para tener cosas que nos hacen creer necesitamos  y de las cuales no podemos disfrutar. ¿Y porque no podemos disfrutar? Porque estamos demasiado ocupados trabajando en oficios que no nos gustan para tener dinero para comprar esas cosas que ni siquiera nos hacen falta para vivir.
Dios les rescata, rescata al pueblo de Israel, y les hace entender que ellos son seres humanos, que son libres. Que su medida no es dada por lo que producen sino que su valor esta en el hecho de ser seres humanos. Les hace valiosos en sí mismos, simplemente por el hecho de ser. Pero esta sociedad vuelve a cosificarnos vez tras vez. Lo que hacemos, tenemos y sabemos eso nos posiciona en un lugar o en otro.

Jesús nos habla constantemente de que las personas son más importantes que las cosas. Que nuestro precio está basado en que somos criaturas de Dios. En nosotros fluye lo natural, lo físico pero también lo espiritual. Somos seres cien por cien espirituales y en ello llevamos el ADN del Creador. Fuimos creados para crear y disfrutar de la creación.
Tristemente nos hemos acostumbrado a mirar hacia abajo como la mujer encorvada del milagro de Jesús, ya solo vemos suelo, oscuridad  y nuestra vista se ha limitado a ver solo nuestros propios zapatos. O sino dime ¿Cuánto hace que no miras al cielo e inventas figuras en las nubes, cuanto hace que no te has parado a observar  la estrellas, o tal vez has   echado un vistazo este otoño el volar de los pájaros a tierras mas cálidas o el volar de las hojas secas dejando  los arboles desnudos?
No somos maquinas. Dios nos formo para crear y descansar. Y descansar para disfrutar de lo creado.
 La cosificación del ser humano es el arma más letal para destruir al hombre. Si dejamos de disfrutar de la vida perdemos nuestra esencia de personas, nuestro aliento divino.
Párate ahora, estés donde estés, y mira hacia el cielo. Por muy pobre que seas, por muy solitario que estés, por muy enfermo que te encuentres….siempre tendrás un trozo de cielo al que mirar. Y si no lo haces………estarás viviendo por debajo de tus posibilidades.

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