Tengo una malísima
costumbre, pienso demasiado. Eso pudiera parecer bueno pero en ciertos momentos
llega a cansar.
He dado vueltas a mi cabeza
sobre ¿Qué es la iglesia? Leer estos días el libro de Hechos de los Apóstoles
creo que me ha llevado a ello.
Yo siento mi congregación
como mi casa y por eso quiero hacer esta analogía. Mi familia es la que Dios
quiso que tuviera y puede ser mejor o peor pero es mi familia. Cuando tengo un
problema con alguno de los que la componen no decido irme y abandonarlos ¡son
mi familia y los amo! Decido que he de solucionar el conflicto y me pongo a
ello. No quiero ir cambiando de familia en familia hasta encontrar la mejor
porque no creo que la encuentre. Lo mismo ocurre con la iglesia es la familia
espiritual donde Dios me colocó.
Muchas preguntas vienen a
mi cabeza en este aspecto ¿para que existe la iglesia, cual es su propósito
principal y para que la dejo Dios en el mundo?
Dios nunca nos deja sin
respuesta y a Pedro ya le dijo: “edificaré mi iglesia”
La iglesia tiene dos funciones
primordiales: evangelización (haced discípulos) y edificación (enseñanza)
Schaeffer en su libro “la
iglesia al final del siglo XX” habla de “la marca del cristiano” que no son las
cadenitas con cruces ni los pececitos cristianos, sino algo más profundo que salió
de la boca de Jesús “que os améis unos a otros” Es un mandato para ser
obedecido pero como tal puede ser desobedecido. Podemos ser cristianos y
asistir a una iglesia sin llevar la marca pero eso solo será fachada y una imagen distorsionada
de lo que es una congregación de hijos de Dios. Y la palabra cristiano quedará
reducida a prácticamente nada. Hoy en día la palabra cristiano corre el peligro
de abarcarlo todo y no significar nada.
Es interesante observar que
cuando Jesús dice: En esto conocerán que sois mis discípulos…si os tuviereis
amor los unos a los otros, concede a este mundo la capacidad de poder juzgarnos
y ver si somos válidos o no. Es como si Dios dijera “autorizo a los no
cristianos a juzgar si los que se llaman cristianos lo son o no”, esto como mínimo
debe aterrorizarnos. Y si alguien nos juzgara de esa manera debiéramos encerrarnos
en nuestra habitación, hincarnos de rodillas y preguntarle a Dios si tiene
razón.
Y hay algo más profundo
todavía. Jesús en Juan 17: 21 dice “que todos sean uno….para que el mundo crea
que tú me enviaste”. Aquí se nos dice algo mayor que necesitamos ser uno para
que el mundo crea. ¡Puf! ¿Puedes leer esto sin emocionarte? Yo ya empecé a
temblar hace rato. Hay entonces una vara de medir y en ella debemos medirnos todos.
La iglesia eres tú, está formada por cada uno de nosotros. Dejemos de vivir
entonces en la inmadurez del tu me ofendes, tu no me amas….y plantéate un cristianismo
maduro y consecuente. Amo yo a los hermanos, soy uno con ellos…porque todo lo
demás solo son infantilismos y pamplinas.
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