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martes, 11 de febrero de 2014

Ser como Jesús...la unica manera de servirle.


 Cuanto más conozco de Cristo más me doy cuenta de que la única manera de poder servirle y por ende servir a los demás  es aprender a ser como El.
Por ello es necesario que como siervos de Dios leamos una y otra vez los evangelios y practiquemos con su ejemplo.
“Jesús tenía todos los motivos para sufrir de depresión y ansiedad, pero nunca hubo alguien tan feliz y libre en el área de las emociones”

Nosotros tenemos que aprender del Maestro sino estaremos perdidos en nuestras propias miserias y seremos incapaces de ayudar a otros.

Necesitamos la paciencia de sembrar.Sabía que solo tenía tres años para discipular a doce hombres pero nunca se precipito.
El conoció el valor de la semilla. Quien no alcanza a ver el valor de la semilla, nunca podrá alcanzar lo que le rodea. El sembrador no está apresurado y pone más atención en las semillas que en las hojas. Pasa tiempo en el que no ve nada y sigue confiando que en el interior de la tierra algo estaba cambiando. La paciencia es un arte y los resultados inmediatos falsean la realidad.
Cristo sabía que iba a morir y no tuvo ninguna prisa actuando como un inteligente sembrador.
Cuando plantamos en otros tenemos que tener la paciencia de ver germinar en su momento. 
El mayor favor que se puede hacer a una semilla es sepultarla. Y nosotros necesitamos que Dios nos entierre porque sino jamás llevaremos fruto.
Las primeras lecciones de Jesús a sus discípulos fueron:
ü Aprender a perder.
ü Reconocer sus límites.
ü No querer ser el ombligo del mundo.
ü Romper el egoísmo.
ü  Amar al prójimo como a ellos mismos.
Y es lo mismo que nos pide a nosotros.

Dios quiere cambiarnos y no mejorarnos ni reformarnos
 Tenemos que tener la valentia de dejarnos limpiar por Dios.
Jesús se airó en el templo. No contra las personas sino contra sus prácticas y hechos.Lo difícil es airarse en el momento apropiado, por el motivo correcto y en la medida adecuada. Algo que Jesús hizo a la perfección
Debemos hacer un aseo personal en el templo de nuestro interior. Volcar la mesa de los pensamientos malos, negativos, extirpar el miedo y la inseguridad.
Si no somos capaces de hacer una revolución dentro de nosotros mismos no podremos ayudar a otros. Dejar que Jesús revolucione y desordene nuestra vida no es fácil. Pero Dios no quiere que nosotros llamados a ser casa de oración pasemos a ser cueva de ladrones  llenos de envidias, rencores, amarguras, rebeldías, orgullo.
Debemos aprender a controlar nuestra vida.En la última cena sabiendo que iba a morir,Jesús,participócon los discípulos sin ningún estrés. No se deja afectar por las provocaciones, ni se dejo contaminar por las ofensas y la agresividad que le rodeaba. A nosotros en ocasiones las actitudes de otros nos afectan y perturban. A Jesús no le importo, el mundo entero podía conspirar contra Él y no se inmutaba.
¿Cómo es posible que alguien que va a ser clavado en una cruz, no este deprimido o aunque sea un poco preocupado? El no se anticipo a sufrir y aprovecho cada momento.
Necesitamos tener una estrutura emocional solida. Aprender de Jesús.
 O somos aprendices de Jesús y nos dejamos dirigir por El o no podremos servirle con efectividad y lo que es mas importante ,no podremos vivir un cristianismo genuino.

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