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domingo, 9 de septiembre de 2012

Todo lo poseíamos pero no teníamos nada.




Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.

A si comienza “Historia de dos ciudades” de Dickens. Es uno de mis comienzos preferidos.
Pero además ejemplifica muy bien el mundo en el que hoy vivimos y nos movemos. Momentos convulsos, extraños, de extremos y de luchas.
Realmente lo que más me asusta en este tiempo es la “cosificación” de las personas. Si no vemos realmente a nuestro lado seres humanos con necesidades y sentimientos, nos es más fácil andar a nuestro antojo pisando cabezas y pensando solo en nuestra propia satisfacción. El concepto del hedonismo acampa a sus anchas entre nosotros tomando más y más lugar. Esto hace que nuestros paradigmas cambien. Miremos sino conceptos actuales en el comportamiento humano.
Recuerdo que cuando era niña la idea sobre las cosas era que debían durar y que si algo se estropeaba era recuperable. Teníamos al “arreglador” de la televisión, del teléfono, del frigorífico,….hasta se cogían puntos a las medias. En la actualidad se sabe que los aparatos o electrodomésticos se fabrican con una pronta fecha de caducidad. Tú usas un producto y en un periodo breve de tiempo se estropea y te haces con otro aparentemente mejor. Esto tendría mucho estudio y análisis pero lo peor de este concepto es que se ha llevado a emplear con las personas. Es así la cosa, eres mi amigo, mi esposo o esposa, pero si nuestra relación no funciona no se arregla. No estamos aquí para arreglar nada sino para comprar otra amistad u otra pareja de nueva tecnología. Y caminamos por el mundo dejando un rastro de daños directos y colaterales que crean conflictos, alteraciones y neurosis varias imposibles de controlar.
Pero hay otro concepto actual casi peor y es el de “usar y tirar”, uso las cosas que solo sirven para una sola vez. Ahorro tiempo, espacio y no necesito dar un gran cuidado a los objetos porque cuando me hayan dado un solo uso los tirare a la basura. Y de nuevo esto se instaura en las personas. Se buscan relaciones de “usar y tirar”, me sirvo de ti, te uso y te dejo para buscar otro u otra a quien usar de nuevo. Con ello evito el esforzarme en dar nada a cambio en buscar el bien estar de la otra persona. Sacrifico el dar a otros en el altar del egoísmo.
A mi esta sociedad del uso y tiro…del no arreglo las cosas porque puedo tener algo nuevo me estresa bastante.
Hace tiempo les preguntaron a una pareja de ancianos que cumplía su 50 aniversario como lo habían hecho para perdurar como pareja  y ellos dijeron algo tremendamente profundo: “Es que venimos de una época donde las cosas que no funcionaban se arreglaban” Que cierto.
Yo concibo la existencia en este mundo como un proyecto de vida. No es una suerte de azares que se entremezclan entre sí. Es un trabajo por un recorrido a largo plazo. Preparo mi plan de vida, desarrollo las formas de llegar a ello y evalúo los errores para que mi proyecto mejore y sea más eficaz para mí y para los que me rodean.
Mi existencia tiene un propósito, mi vida cristiana tiene un propósito, mi matrimonio tiene un propósito, mi familia tiene un propósito y yo camino hacia él. Claro que en el  sendero habrá que arreglar situaciones, circunstancias, actitudes….pero he de decir que yo quiero ser de los que optan por arriesgarse a creer que las relaciones pueden ser de larga duración y que los  acontecimientos pueden y deben ser cambiados. Soy de los que creen que el amor puede perdurar en la vejez, que las personas pueden cambiar, que merece la pena luchar por lo que crees y que la vida es un proyecto de larga duración.

1 comentario:

  1. Muy bueno hermana, estoy de acuerdo contigo en todo, desde el principuo hasta el final. Me quedo cpn la parte de que la gente pyede cambiar y arreglar su situación x muy penosa que esta sea. Gracias x tus palabras.

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