Era el mejor de
los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de
la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y
de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la
desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en
derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra,
aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables
autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal,
sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.
A si comienza “Historia
de dos ciudades” de Dickens. Es uno de mis comienzos preferidos.
Pero además
ejemplifica muy bien el mundo en el que hoy vivimos y nos movemos. Momentos
convulsos, extraños, de extremos y de luchas.
Realmente lo
que más me asusta en este tiempo es la “cosificación” de las personas. Si no
vemos realmente a nuestro lado seres humanos con necesidades y sentimientos,
nos es más fácil andar a nuestro antojo pisando cabezas y pensando solo en
nuestra propia satisfacción. El concepto del hedonismo acampa a sus anchas
entre nosotros tomando más y más lugar. Esto hace que nuestros paradigmas
cambien. Miremos sino conceptos actuales en el comportamiento humano.
Recuerdo que
cuando era niña la idea sobre las cosas era que debían durar y que si algo se
estropeaba era recuperable. Teníamos al “arreglador” de la televisión, del teléfono,
del frigorífico,….hasta se cogían puntos a las medias. En la actualidad se sabe
que los aparatos o electrodomésticos se fabrican con una pronta fecha de
caducidad. Tú usas un producto y en un periodo breve de tiempo se estropea y te
haces con otro aparentemente mejor. Esto tendría mucho estudio y análisis pero
lo peor de este concepto es que se ha llevado a emplear con las personas. Es así
la cosa, eres mi amigo, mi esposo o esposa, pero si nuestra relación no
funciona no se arregla. No estamos aquí para arreglar nada sino para comprar
otra amistad u otra pareja de nueva tecnología. Y caminamos por el mundo
dejando un rastro de daños directos y colaterales que crean conflictos,
alteraciones y neurosis varias imposibles de controlar.
Pero hay otro
concepto actual casi peor y es el de “usar y tirar”, uso las cosas que solo
sirven para una sola vez. Ahorro tiempo, espacio y no necesito dar un gran
cuidado a los objetos porque cuando me hayan dado un solo uso los tirare a la
basura. Y de nuevo esto se instaura en las personas. Se buscan relaciones de “usar
y tirar”, me sirvo de ti, te uso y te dejo para buscar otro u otra a quien usar
de nuevo. Con ello evito el esforzarme en dar nada a cambio en buscar el bien
estar de la otra persona. Sacrifico el dar a otros en el altar del egoísmo.
A mi esta
sociedad del uso y tiro…del no arreglo las cosas porque puedo tener algo nuevo
me estresa bastante.
Hace tiempo les
preguntaron a una pareja de ancianos que cumplía su 50 aniversario como lo habían
hecho para perdurar como pareja y ellos
dijeron algo tremendamente profundo: “Es que venimos de una época donde las
cosas que no funcionaban se arreglaban” Que cierto.
Yo concibo la existencia en este mundo como un proyecto de vida. No es una suerte de azares que se entremezclan entre
sí. Es un trabajo por un recorrido a largo plazo. Preparo mi plan de vida, desarrollo
las formas de llegar a ello y evalúo los errores para que mi proyecto mejore y
sea más eficaz para mí y para los que me rodean.
Mi existencia
tiene un propósito, mi vida cristiana tiene un propósito, mi matrimonio tiene
un propósito, mi familia tiene un propósito y yo camino hacia él. Claro que en
el sendero habrá que arreglar
situaciones, circunstancias, actitudes….pero he de decir que yo quiero ser de
los que optan por arriesgarse a creer que las relaciones pueden ser de larga
duración y que los acontecimientos
pueden y deben ser cambiados. Soy de los que creen que el amor puede perdurar
en la vejez, que las personas pueden cambiar, que merece la pena luchar por lo
que crees y que la vida es un proyecto de larga duración.
Muy bueno hermana, estoy de acuerdo contigo en todo, desde el principuo hasta el final. Me quedo cpn la parte de que la gente pyede cambiar y arreglar su situación x muy penosa que esta sea. Gracias x tus palabras.
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