Siempre hay algo que
aprender, siempre. Si esta no es la máxima en nuestras vidas estaremos perdidos
en un mundo de incertidumbre e ignorancia. Cada día, cuando abro mis ojos le
pido a Dios que me enseñe a aprender de todo lo que está alrededor mío y sacar
a la luz las enseñanzas para mi vida.
Por eso, hace unas semanas
sentí en mi corazón una nueva instrucción del Maestro. Cuando me dirigía
temprano a trabajar y conducía el coche vi en el cielo un cuadro encantador.
Personalmente creo que el cielo es el lienzo donde Dios dibuja paisajes
preciosos para delicia de sus hijos. En ocasiones cuando veo esas nubes
perfiladas con diversos colores, las estrellas brillando en la oscuridad, el
arcoíris tras la lluvia, pienso en que Mi Señor es creativo y que le gusta la
belleza de la vida.
Pues andaba yo en la cotidianeidad
de mi existencia cuando Dios me mostro
uno de sus cuadros. En el, unas nubes llenaban el cielo pero detrás de ellas el
sol brillaba de tal manera que se veía totalmente rojo. No podía dejar de
mirarlo, era tan hermoso. Esas nubes como esponjas blancas traspasadas por un
sol rojo que brillaba con toda su fuerza.
Fue hermoso verlo, muy
hermoso. Pero mientras me alejaba y perdía de vista esta creación divina el
Sabio de todos los sabios me habló. Me recordó que no debe preocuparnos ser los
primeros en todo, que no importa si hay obstáculos delante de nuestras vidas,
ni siquiera si alguien se pone delante de nosotros para evitar que brillemos.
Si seguimos cumpliendo nuestra función, nuestro propósito no habrá nube que nos
cubra. Es más, las nubes te harán ser más hermoso. Cuando frente a los
problemas decidimos brillar, cuando frente a la adversidad decidimos salir cada
mañana y alumbra nuestra vida y la de otros seremos más hermosos que nunca y
reflejaremos hermosos retratos a los que nos rodean.
Dios siempre esta cerca
para cambiar lo malo en bueno, el fracaso en enseñanza, la lucha en victoria y
hacernos fuertes para seguir adelante.
Si seguimos reflejando lo
que somos sin importar las circunstancias que nos rodean, los
desengaños y perdidas que se producen en nuestras vidas, tal vez cuando otros nos miren podrán
ver nuestro reflejo. Lo verán detrás de las nubes, pero lo verán. Y lo mejor de
todo es que podrán disfrutar del reflejo de lo más hermoso que hay en nosotros…que brillara en un profundo rojo, fruto de nuestro deseo de seguir
siempre adelante en un destello de miles de colores que harán que otros puedan
admirar la belleza que siempre hay en cada uno de nuestros corazones.
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