Y
esto es un hecho empírico…muchos han hablado, hablan y hablaran con Dios. Pero
en ocasiones me encuentro a personas que dicen ¿Cómo puedo escuchar la voz de
Dios?
Él me ha dado
ojos en el corazón, que debo usar para ver en el mundo espiritual la visión y
movimiento del Dios Todopoderoso. Creo que hay un mundo espiritual activo
funcionando a mi alrededor, y ese mundo está lleno de ángeles, demonios y Dios
mismo. No hay ninguna razón que me impida ver ese mundo aparte de mi cultura
racional, que me dice que no crea ni siquiera que existe y que no me da ningún
tipo de instrucción sobre cómo llegar a abrirme para ver ese mundo espiritual.
Ciertamente es fácil si podemos
pararnos a percibir el sonido. Tal vez antaño los hombres y mujeres escuchaban más fácilmente a Dios porque había
menos distracciones que se entremezclan y distorsionan el sonido de su voz. Hoy
en día oímos tantas voces, que nos aturden y no nos dejan con sus
interferencias escucharle a Él.
El ser humano se ha metido
en una vorágine materialista de tal tamaño que es imposible que pueda oír nada
espiritual…el run run diario tapa
nuestros oídos a lo espiritual y nos confunde con miles de voces.
Cuando estoy a la escucha de la voz de Dios, estoy percibiendo
un flujo de pensamientos espontáneos; la comunicación en el espíritu se recibe
en forma de pensamientos espontáneos, impresiones, sentimientos y visiones.
Pero para eso es necesario parar.
Cuando me
concentro en Dios, estoy tranquila en su presencia compartiendo con Él lo que
hay en mi corazón, el diálogo en ambas direcciones comienza a fluir; los
pensamientos espontáneos comienzan a surgir desde el trono de Dios hasta mi
corazón, y me encuentro realmente conversando con Él.
Es muy importante que nos aquietemos y nos concentremos
de manera adecuada para poder recibir la palabra pura de Dios. Si no estás
concentrado en Jesús adecuadamente, recibirás un flujo diferente y tal vez
materialista porque el flujo intuitivo llega de aquello en lo que tenemos
puesta la mirada. Por lo tanto, si fijas
tus ojos en Jesús, el flujo intuitivo vendrá de Jesús; si fijas tus ojos sobre
algún deseo de tu corazón, el flujo intuitivo vendrá de ese deseo. Para poder
tener un fluir puro, antes que nada debemos aquietarnos y después fijar tus
ojos en Jesús.
Me gusta hablar con Él, contarle mis anhelos, mis sueños,
mis secretos y escuchar como me susurra al oído con su dulce voz .Me gusta
saber que siempre está cerca, que me puede responder en cualquier momento y
lugar.
Y podéis llamarme loca pero hoy he vuelto a oír …..el
sonido de su voz.

Me gusta cómo explicas de qué maenra escuchas su voz, lo de los pensamientos espontáneos, los sentimientos...es cierto ! Qué bonito es hablar con Él.¿qué me dirá hoy?
ResponderEliminar