Mi lista de blogs

lunes, 23 de abril de 2012

El sonido de sus palabras

 Podéis llamarme loca pero yo hablo habitualmente con Dios. Me encantan no solo sus Palabras, sino también su dulce sonar…el sonido de sus Palabras.
Y esto es un hecho empírico…muchos han hablado, hablan y hablaran con Dios. Pero en ocasiones me encuentro a personas que dicen ¿Cómo puedo escuchar la voz de Dios?
 Él me ha dado ojos en el corazón, que debo usar para ver en el mundo espiritual la visión y movimiento del Dios Todopoderoso. Creo que hay un mundo espiritual activo funcionando a mi alrededor, y ese mundo está lleno de ángeles, demonios y Dios mismo. No hay ninguna razón que me impida ver ese mundo aparte de mi cultura racional, que me dice que no crea ni siquiera que existe y que no me da ningún tipo de instrucción sobre cómo llegar a abrirme para ver ese mundo espiritual.
Ciertamente es fácil si podemos pararnos a percibir el sonido. Tal vez antaño los hombres y mujeres  escuchaban más fácilmente a Dios porque había menos distracciones que se entremezclan y distorsionan el sonido de su voz. Hoy en día oímos tantas voces, que nos aturden y no nos dejan con sus interferencias escucharle a Él. 
El ser humano se ha metido en una vorágine materialista de tal tamaño que es imposible que pueda oír nada espiritual…el run run diario tapa nuestros oídos a lo espiritual y nos confunde con miles de voces.
Cuando estoy a la escucha de la voz de Dios, estoy percibiendo un flujo de pensamientos espontáneos; la comunicación en el espíritu se recibe en forma de pensamientos espontáneos, impresiones, sentimientos y visiones. Pero para eso es necesario parar.
 Cuando me concentro en Dios, estoy tranquila en su presencia compartiendo con Él lo que hay en mi corazón, el diálogo en ambas direcciones comienza a fluir; los pensamientos espontáneos comienzan a surgir desde el trono de Dios hasta mi corazón, y me encuentro realmente conversando con Él.
Es muy importante que nos aquietemos y nos concentremos de manera adecuada para poder recibir la palabra pura de Dios. Si no estás concentrado en Jesús adecuadamente, recibirás un flujo diferente y tal vez materialista porque el flujo intuitivo llega de aquello en lo que tenemos puesta la  mirada. Por lo tanto, si fijas tus ojos en Jesús, el flujo intuitivo vendrá de Jesús; si fijas tus ojos sobre algún deseo de tu corazón, el flujo intuitivo vendrá de ese deseo. Para poder tener un fluir puro, antes que nada debemos aquietarnos y después fijar tus ojos en Jesús.


Me gusta hablar con Él, contarle mis anhelos, mis sueños, mis secretos y escuchar como me susurra al oído con su dulce voz .Me gusta saber que siempre está cerca, que me puede responder en cualquier momento y lugar.
Y podéis llamarme loca pero hoy he vuelto a oír …..el sonido de su voz.

1 comentario:

  1. Me gusta cómo explicas de qué maenra escuchas su voz, lo de los pensamientos espontáneos, los sentimientos...es cierto ! Qué bonito es hablar con Él.¿qué me dirá hoy?

    ResponderEliminar