Nosotros los cristianos que vivimos en países donde hay libertad de culto
y no sufrimos persecución nos hemos atontado con nuestras cuitas y bobadas mil.
Peleamos con el hermano, juzgamos, criticamos y así va pasando nuestra pésima existencia
sin pena ni gloria. Nos ofende si no nos reconocen nuestra labor y nos pasamos
ni una llenos de orgullo, rencores y resentimientos.
Esto contrasta drásticamente con el asunto del que Dios lleva inquietándome,
supongo que para orar, estas últimas semanas.
Cada vez más se cierne sobre los cristianos de oriente una persecución constante.
Se está amenazando, distorsionando torturando y matando a miles de cristianos
solo por el hecho de serlo. Esto está ocurriendo sobretodo en países como Irak
y muchos otros. Nosotros como cristianos no podemos volver la cara y mirar a
otro lugar. Son nuestros hermanos los que mueren por no renunciar a su fe.
Últimamente en las redes sociales de todo el mundo,
aparece este símbolo ن pero ¿qué significa y por qué
compartirlo? ¡Todos somos cristianos de Irak! Por primera vez desde hace unos
dos mil años no hay ningún cristiano en Mosul. Los cristianos de Irak, los
descendientes directos de los asirio-caldeos, han tenido que escoger entre la
muerte y el exilio, tras el ultimátum de los fanáticos.
Este
símbolo una letra del alfabeto árabe, el «nombre», que corresponde a la «N» del alfabeto latino,
una N por «Nasarah», es decir, nazareno, el término peyorativo con el que se
designa a los cristianos en el Corán.
Se marcan las casas de los cristianos atemorizando
a las familias. Muchos tienen que huir, dejar sus hogares y posesiones o
enfrentarse a una muerte segura.
Dejemos de ser cristianos “hipster” de una
vez por todas. Ser cristianos no es una pose para hacerte una foto. Ser
cristianos es atreverte a vivir en un encuentro constante con Dios lejos de tonterías
y sandeces.
Ser cristiano es ser “pequeños cristos”,
vivir como el vivió y andar como el anduvo.
Tal vez no hayan marcado la puerta de mi
casa con una N pero Dios marco mi corazón
para orar y clamar por el dolor de muchos que mueren por amor a Cristo. Por
respeto a ellos debiéramos dejar tanta parafernalia, infantilismo e inmadurez y
decir: ¡YO SOY NAZARENO!
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